La Fiesta de San Antón, patrón de los animales, se conmemora el día 17 de enero, fecha de su muerte en el año 356. En su vida de ermitaño mantuvo una estrecha relación con ellos, contándose que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos que estaban ciegos y él les curo la ceguera. Desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara.

La celebración comienza la noche anterior con las “luminarias”, grandes hogueras de cepas y sarmientos distribuidas por distintos barrios y rincones de la localidad. Estas fogatas están organizadas por vecinos, amigos y por un gran número de Bares y Pubs.

La noche se ilumina y cientos de personas se congregan en torno a estas grandes hogueras para compartir vino, zurra, asado de productos locales procedentes de las “matanzas”, patatas asadas, gachas y otras variedades culinarias.

El día 17 por la mañana tiene lugar la procesión en honor a San Antón, en la que participan gran cantidad de vecinos acompañando a sus animales para proceder un año más con la antigua tradición de asistir a su bendición.

En esta fiesta, una tradición con cientos de años de antigüedad, los agricultores y ganaderos llevaban a sus animales, imprescindibles para el trabajo en las faenas agrícolas, para ser bendecidos por el santo protegiéndoles así todo el año.